¡Ciao, Nino!

Por Jesús Cova

Prensa/AMB/Jabeando/23-05-2025.- “Adiós a Nino Benvenuti, campeón extraordinario y símbolo de una Italia orgullosa, valiente, capaz de resurgir. Mis más sinceros pensamientos están con su familia y todos aquellos que lo amaban. Gracias, Nino, por tus luchas en el ring y por los que defienden la verdad. Italia no te olvidará”, escribió en sus cuentas en las distintas redes sociales la primera ministra italiana Giorgia Meloni.

Aquellas palabras de Meloni, que tomamos a título de préstamo para comenzar a hilar estas líneas, recogen la congoja del pueblo italiano, que es también la del mundo del boxeo, ante la repentina despedida final del excampeón mundial superwelter y mediano Giovanni “Nino” Benvenuti, la que tuvo lugar el martes 20 en Roma, a los 87 años de edad–cumplidos el pasado 26 de abril–, por causas aún desconocidas.

Benvenuti fue, o mejor es, un icono del deporte italiano y se le tiene casi que por unanimidad como el mejor boxeador en la historia de ese deporte en su país, por encima de nombres tales  como los de Primo Carnero, un fugaz y gris campeón mundial de todos los pesos entre 1933-34; Piero Toscani, oro olímpico mediano en 1928; el superwelter Sandro Mazzinghi, vencido dos veces por Nino en peleas de faja mundial ; el mosca Fernando Atzori, también oro olímpico en Tokio-64, y Duilio Loi, Aureliano Bolognesi, Carmelo Bossi, Sandro Lopopolo y Francisco Damiani, entre otros pocos.

UN AMATEUR BRILLANTE

Nacido en Isola d´ Istria, entonces perteneciente a Italia, actualmente una posesión de Eslovenia, el 26 de abril de 1938, Nino se inició desde muy joven en el boxeo, se supone que incentivado por su padre que había sido un discreto púgil aficionado.

Desde sus comienzos fue evidente que se trataba de un atleta dotado de singulares facultades como para hacerse notar, con victoria tras victoria. Tanto fue así que cuando decidió incursionar en el profesional dejaba atrás una marca de asombro, con solo un revés en 120 escaladas al ring.

En ese récord destacaban con especial brillo los 5 triunfos logrados en el peso welter de los Juegos Olímpicos de Roma-60, en los que batió en sucesión por puntos a Jean Joselin (Francia), Ki Soo Kim (Corea del Sur), Chichman Mitzev(Bulgaria), Jimmy Lloyd (Gran Bretaña) y al soviético Yuri Radonyak. Su actuación en el torneo le valió ganar el trofeo como mejor boxeador del evento, en una elección en la que superó nada menos que a Cassius Clay, luego Muhammad Ali, oro en semipesado.

En el aficionado Nino fue campeón welter y superwelter de Italia-56 y 57; de Europa-57 y welter de Italia en los años 58-59.

COMBATES MEMORABLES

Lo restringido del espacio de que disponemos nos obliga a ser menos extensos, como habríamos deseado por la relevancia del personaje, un inmortal de fistiana (Como también es llamado el boxeo) con un nicho desde 1982 en el Salón de la Fama de Canastota, New York y considerado de los mejores libra por libra en los anales de la especialidad.

Luego de su rutilante carrera aficionada no podía esperarse, sino que Benvenuti alcanzara también el éxito en las filas rentadas. Desde el comienzo se vio que iba a ser así. Como en efecto. Desde su estreno con un triunfo en 4 tramos ante Ben Ali Allala el 20-1-61 en Trieste, hasta el 8-5-71 en su revés al minuto y 5 segundos en tres rounds en la segunda pelea con su rival histórico, el argentino Carlos Monzón en el pleito de revancha (CM ganó la primera en 12 tramos) el peleador italiano cerró su carrera con un llamativo récord de 82 victorias, de ellas 35 por KO, 3 KO en contra de 7 perdidas y unas tablas.

Atrás y en el recuerdo habían quedado sus actuaciones ante enemigos como su  paisano Sandro Mazzinghi, el 18-6-55, su primera pelea titular en el superwelter, por las fajas AMB-CMB, que ganó a los 2:40 del 6° y el 17-12-65, ganada por DU; ante el estadounidense Gene Fullmer el 4-2-66, GD15; el surcoreano Ki Soo Kim, en Seúl, en la que perdió el cetro superwelter el 25-5-66; tres choques contra el estadounidense Emille Griffith el 17-4-67, el 29-9-67 y el 4-3-68, ganadas la primera y la tercera por decisión y perdida la segunda por esa vía.

SUS DOS PELEAS HISTÓRICAS

Dejamos para una rememoración aparte los que son considerados sus dos más relevantes combates y que se cuentan entre las mejores e interesantes peleas de la historia: contra Carlos Monzón, el más grande peleador argentino de todos los tiempos y un histórico campeón mundial del peso mediano. Dos leyendas frente a frente.

En la primera de esas confrontaciones el escenario fue el Palacio de los Deportes de Roma, repleto con unos 18 mil espectadores, con la corona AMB-CMB de las 160 libras, 72,9 kilos en poder de Benvenuti, de 32 años, récord de 82-4-1, 35 KO mientras que Monzón, 4 años más joven, registraba 67-3-9, 44 nocauts,

Desde que sonó la campana por primera vez quedó en evidencia que sería una guerra a muerte con un retador, Monzón, en despliegue de su proverbial estilo, calmado y a la par violento, de cazador a la expectativa y Nino igualmente reposado, quien un tiempo después declaró que desde los primeros cambios de golpes se dio cuenta de que Monzón iba por él, que no iba a ceder terreno, que buscaría terminarlo prontamente.

Fue una pelea intensa, candente, en la que Nino estaba, injustamente para la mayoría, adelante en la tarjeta de los jueces por un corto margen.

En el round 12 de los 15 de aquel tiempo, el argentino disparó una repetida ofensiva con ambas manos hasta acorralar al rival en una de las esquinas. Allí le pegó un par de golpes más y lanzó una derecha semejante a un misil o a un cartucho de dinamita, que explotó en la cara del campeón y lo llevó al piso, total y absolutamente liquidado. El árbitro alemán Rudolf Drust llevó el conteo hasta los 10 fatales segundos por pura formalidad, con el ya excampeón de rodillas y la cabeza hundida entre los hombros.

Medio año más tarde se dio la pelea de revancha, el 8 de mayo de 1971, en el estadio Luis II de Fontvielle, Francia. Fue una batalla breve. Luego de un primer tramo de dominio claro por el campeón defensor, al inicio del segundo “Escopeta” (El apodo de CM) lanzó un par de potentes disparos y derribó a Nino por la cuenta de protección. Logró llegar al final de los tres minutos del round, maltrecho y ya sin opción. Y transcurridos unos segundos de la tercera ronda, Monzón completó su eficaz trabajo de demolición. Derribó de nuevo al oponente con una izquierda rematada con la derecha y, piadosamente, desde la esquina de Benvenuti voló la toalla de la rendición al minuto y 5 segundos.

Poco tiempo más tarde, Nino Benvenuti, el más grande boxeador italiano de la historia hizo público su retiro definitivo del ring, convencido de que ya nada tenía que buscar en el ensogado, que debía dejar el camino para otros. Se dedicó a sus negocios, a ser comentarista radial y de TV y a la vida reposada en casa. Transcurridos 54 años después de aquella última batalla perdida, en el ring Nino Benvenuti, el gran ídolo italiano y europeo del ring, hace apenas unos días, en Roma, acaba de perder su combate postrero con la vida.

Con honda pena lo despedimos con tan solo dos palabras, en su idioma natal y en español: ¡Ciao, Nino! (¡Adiós, Nino!) Duerme en la paz del Señor.