Por José Camejo Suárez
Prensa/Jabeando/09-05-2025.- El boxeo venezolano vivió una noche de gloria el 9 de mayo de 1983, cuando el Hotel Hilton de Caracas se convirtió en el epicentro de la atención pugilística mundial. En un combate que grabó su nombre en los anales del deporte nacional, el aguerrido Rafael Oronó defendió, por decisión unánime, su título supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el desafiante mexicano Raúl Valdez. En un encuentro a 12 rounds, con el réferi Steve Crosson y los jueces Ismael Quiñones Falú 120-113, Jerry Roth 117-112 y Waldemar Schmidt 118-114.
La expectación era palpable en el ambiente del lujoso hotel capitalino, donde una ferviente afición se congregó para apoyar a su campeón. Oronó, un púgil de reconocida garra y técnica depurada, llegaba a esta contienda como el monarca indiscutible de las 115 libras, ostentando un historial que lo había catapultado a la cima del boxeo mundial.
Frente a él se erguía Valdez, un contendiente azteca de probada valentía y pegada respetable, quien viajó a Caracas con la firme intención de arrebatarle el cinturón a Oronó. La promesa de un choque de estilos vibrante entre el venezolano y el mexicano encendió la imaginación de los aficionados y la prensa especializada.
El combate en sí no defraudó las expectativas. A lo largo de los asaltos, Oronó y Valdez protagonizaron un duelo de estrategias y coraje. El venezolano, con su característico boxeo inteligente y su capacidad para controlar la distancia, buscaba imponer su ritmo. Por su parte, Valdez intentaba acortar el espacio y conectar golpes de poder que pusieran en peligro el reinado del campeón.
Tras una intensa batalla que se extendió a lo largo de los asaltos reglamentarios, la decisión final recayó en los jueces. El veredicto favoreció a Rafael Oronó, quien retuvo así su corona supermosca del CMB ante el júbilo ensordecedor de sus compatriotas. La victoria no solo significó la continuación de su reinado, sino que también consolidó su figura como uno de los grandes ídolos del deporte venezolano.
La defensa exitosa del título por parte de Oronó en el Hotel Hilton de Caracas en 1983 se erigió como un momento cumbre en la historia del boxeo venezolano. Aquella noche, la capital vibró al ritmo de los golpes y la emoción, celebrando la perseverancia y el talento de un campeón que supo honrar a su país en el escenario internacional. Este combate perdura en la memoria de los aficionados como un ejemplo de la pasión y la calidad del boxeo latinoamericano.