Por: Dr. Arnoldo J. Loaiza G. PhD
Maracaibo/Jabeando/02-02-2019.- En las entregas anteriores se demostró el acercamiento que tuvo Hitler con el boxeador Max Schmeling en Alemania, Mussolini con Primo Carnera en Italia, tocándole el turno esta vez a Juan Domingo Perón con Pascual Pérez en Argentina. El propósito de esta serie de artículos consiste en demostrar el acercamiento del mandatario, al boxeador, para consolidar su poder político a través de la figura del púgil.
JUAN DOMINGO PERÓN Y PASCUAL PÉREZ
EL CONTEXTO DEPORTIVO ARGENTINO
Juan Domingo Perón, teniente general, fue un político ex presidente de Argentina, que la gobernó de manera paternalista durante dos periodos presidenciales consecutivos desde 1946 hasta 1955, cuando es derrocado por un movimiento cívico militar llamado “la Revolución Libertadora”. Perón, concebía el deporte como una política de estado. Durante su mandato, movió oportunamente las piezas del tablero de ajedrez para combinar deporte y política, con el objetivo de afianzar y sostener su proyecto de gobierno, el cual permitía que los deportistas adquirieran movilidad social y escalaran desde lo más bajo, hasta la cúspide de los estratos sociales. Esta decisión provocó que en el imaginario popular argentino, se perpetuara la visión de que quien trabajara y peleara, podría ascender socialmente y llegar a triunfar a un alto nivel, gracias a su esfuerzo personal.
Este gobernante, durante su carrera militar practicó; boxeo, esgrima y atletismo. A punta de deporte, logró que el colectivo argentino asociara al boxeador como la imagen del obrero peronista. Los púgiles argentinos de esa época como; José Gatica, Pascual Pérez, Horacio Accavallo, entre otros, fueron gente humilde que venían de la miseria, pero se pudieron convertir en grandes, gracias al contexto peronista.
Importante acotar que el caudillo ganó todas las elecciones democráticamente para gobernar Argentina, inclusive por tercera vez en 1973, pero falleció de un infarto a mitad del año 1974, dejando la presidencia en manos de su esposa, la vice presidenta, la cual no pudo terminar el mandato, al ser derrocada.
NACIMIENTO Y PRIMEROS PASOS DE PASCUAL PÉREZ EN EL BOXEO
Pascual Pérez, de origen pobre, hijo de peones rurales, nació el 4 de mayo de 1926, en el Departamento de Tupungato, Mendoza, Argentina. Fue el menor de nueve hermanos. Durante un tiempo, trabajó como labriego con su familia y lustrador de zapatos en la calle. Se inició en el mundo del pugilato en 1944, cuando apenas contaba con 16 años de edad, en el Club Deportivo Rodeo de la Cruz, ubicado en su ciudad natal, teniendo como primer entrenador a Felipe Segura. Sus padres no estaban de acuerdo con su vocación de boxeador, lo que motivó a Pascualito a inscribirse inicialmente con el nombre de “Pablo Pérez”, para no ser descubierto. Apodado en el ring “El león de Mendoza” y/o “El pequeño gigante”.
Boxeador perteneciente a la categoría Mosca, con 48 kg. de peso promedio durante toda su carrera, metro y medio de altura, de guardia zurda, pero con una inmensa habilidad para alternarla con la defensa derecha durante las peleas. Esa misma destreza la tenía para resolver por sí solo los combates más comprometidos, sin necesidad de acudir a las indicaciones de su esquina. Boxeaba con mucha naturalidad.
Transcurridos apenas dos meses de su debut en el boxeo amateur, ganó el Campeonato Argentino de Novicios. Poco a poco fue escalando posición en el ranking aficionado; primero fue campeón en su ciudad natal, posteriormente de su provincia, luego fue campeón argentino, sucesivamente rioplatense, latinoamericano y olímpico. Sin duda alguna, el más brillante de todos los triunfos en la categoría amateur, fue la medalla de oro que se colgó en el cuello durante los juegos olímpicos de Londres en 1948. Su actuación le permitió ser seleccionado de manera unánime, como el más brillante boxeador del equipo argentino y uno de los mejores estilistas del torneo.
Massarino (2003), historiador y crítico del boxeo, expresa que en el ring, Pascual Pérez, era rápido de manos, siempre iba al ataque, esta característica es la que definió su personalidad como boxeador. De ahí se derivan los numerosos nocauts acumulados posteriormente durante su trayectoria boxística.
Occhiuzi (2014), también historiador y crítico del boxeo argentino, reseña que Pascual Pérez, “boxeaba como los dioses y pegaba como una mula”.
CONTEXTO POLÍTICO ARGENTINO
La refulgente luz que emanaba Pascual Pérez, coincide con el segundo periodo de Perón, allá por el año 1953. Este periodo presidencial se diferenció del primero por el colapso de la política distributiva. Los beneficios sindicales fueron restringidos, se agudizaron las huelgas y los conflictos sociales. Se estaba gestando el golpe cívico militar contra el caudillo imperante. Los triunfos mundiales de los atletas argentinos de la mano de Fangio, campeón mundial en la Formula 1, Dante Emiliozzi ganador de las Mil Millas, eran bienvenidos por Perón, quien expresaba que “´los días felices´ seguían siendo peronistas”. Este contexto impulsa el interés de Perón para hacer debutar a Pascualito.
PASCUAL PÉREZ DEBUTA COMO BOXEADOR PROFESIONAL
Pascual Pérez, decide recorrer el sendero profesional del boxeo, promovido por una decisión arbitral muy discutida que no compartió mientras disputaba las eliminatorias contra su compatriota Francisco Cavalgno, para representar a su país en las olimpiadas de Helsinki en 1952.
En el año 1952, Pascual Pérez salta al boxeo profesional de la mano de Lázaro Koci, quien vio en éste púgil la oportunidad para hacer historia y negocios. Koci se caracterizaba por ser un manager astuto para descubrir los talentos y pulirlos. Ambicioso, sagaz, de quien se comentaba, tenía excelente olfato para captar los cruciales momentos políticos y deportivos. Aprovechó para pasear a Pascual Pérez por las distintas plateas sociales, hasta que Perón “le puso el ojo”.
Juan Domingo Perón, manipulando los hilos del poder coqueteó con Pascual Pérez, quien ya tenía acumuladas 23 peleas a nivel profesional y se mantenía invicto. Corría el año 1954 y el régimen peronista necesitaba de un campeón mundial para legitimarse. Para esa época Perón sacó partido de su posición de poder para mover sus piezas a través de Carlos Quiroz, embajador de Argentina en la tierra del sol naciente, quien sirviéndose de su diplomacia, convenció al manager de Yoshio Shirai, para llevar hasta Argentina al campeón mundial japonés, con el propósito de que hiciera una pelea de exhibición contra el pupilo gaucho. La condición de los manejadores del nipón fue que durante ese combate no estaría en juego el cinturón de campeón de la categoría Mosca.
La pelea fue pautada para el 24 de junio de ese mismo año, teniendo como escenario el mítico Luna Park, palco por excelencia donde se exhibirían selectos espectáculos de artistas y personajes nacionales e internacionales, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. El resultado final de la contienda fue empate. Durante esa velada, Perón siguió la pelea en primera fila.
El resultado del combate infló las pretensiones de conquista de torneos deportivos por parte de la afición argentina, la cual percibió ese empate como un logro. Estaba floreciendo la época de oro del deporte austral.
LA REVANCHA
Posteriormente el 26 de noviembre de 1954, ambos púgiles se enfrentaron en el Gimnasio de combate Kouraken Hall de Tokio, Japón, en una pelea de revancha por el cinturón mundial pautada a 15 asaltos, la cual fue ganada por Pascual Pérez por decisión unánime. Durante ese combate, Los fuertes puños del argentino hicieron que el japonés cayera dos veces a la lona, la primera vez en el segundo round y la segunda en el round 12, donde recibió conteo de 8 como protección, terminando debilitado, inestable y viendo estrellas. Durante el round 13, el japonés recibió un severo castigo por parte de Pascual Pérez y estuvo al borde del nocaut.
Perón no desaprovechó esa circunstancia histórica para posicionar a su gobierno. Consciente de la oportunidad política y deportiva de ese evento, como estrategia, donó un trofeo para el ganador, el cual fue cedido caballerosamente en el mismo cuadrilátero al japonés, por Pascual Pérez. Como dato curioso, prosiguiendo con la ocasión para promocionar el nacionalismo argentino y para demostrar el respaldo a su pupilo, Perón envió a la orquesta Juan Canaro, quienes ubicados en ring side, justo en la esquina de Pascual Pérez, amenizaron la velada al son de tangos argentinos. Durante esa ocasión Pascual Pérez se convirtió en el primer campeón del mundo argentino. No fue tan popular como Galíndez y Monzón, pero fue quizás el más glorioso boxeador que tuvo Argentina.
Luego de que Pascual Pérez fuera declarado ganador, vinieron las acostumbradas entrevistas en vivo por parte de la prensa en el mismo cuadrilátero, oportunidad que aprovechó el boxeador gaucho para devolverle el favor a Perón, expresando la siguiente frase: “Cumplí mi general, tengo lo que prometí”.
El 30 de mayo de 1955, Pascual Pérez le dio la revancha al japonés Yoshio Shirai en Tokio y le ganó nuevamente, esta vez por nocaut en el quinto round, cuando le llevaba una amplia ventaja en las papeletas.
ANÉCDOTAS SIGNIFICATIVAS DEL GRAN CAMPEÓN ARGENTINO CON PERÓN
Perón era un zorro astuto, conocía muy bien el lado débil de “Pascualito” Pérez a quien endulzaba con obsequios poco comunes. Apenas se coronó campeón, el gobierno peronista le regaló a Pascual Pérez una casa en su ciudad natal, Mendoza, en la calle Jorge Adolfo, en el barrio 4 de junio. Eva Perón se la amuebló, Perón le dio un auto De Soto, modelo 1951, carro que anteriormente el General español Francisco Franco le había regalado a Evita. Este último obsequio causó revuelo en la nación austral. En la calle rumoraban acerca de ese pomposo regalo, y Pascual Pérez se sentía incómodo. Expresaba abiertamente que a la gente le daba bronca y no le perdonaba que Perón le hubiera regalado ese auto a él.
Inmediatamente de que Pascual Pérez le diera el primer título de campeón mundial de boxeo a Argentina, “en Buenos Aires, Sergio Gasparini, Pascual Lauria y Héctor Maure, compusieron un tango titulado, ´Al gran campeón´, que dice: ´Pascualito Pérez´, Gran campeón del mundo, hoy mi patria toda tu hazaña festeja, corazón y nervio llenos de destreza dejaste sentada por guapo mi tierra…»
PASCUAL PÉREZ LE SALVA LA VIDA A PERÓN
Durante el segundo semestre del año 1954, las cosas se le complicaron políticamente a Perón. El caudillo mantenía conflictos con la iglesia católica; por un lado el Congreso argentino decide terminar con los subsidios de las escuelas privadas (confesionarios), de manera relámpago, sancionó una reforma del código civil que permitía el divorcio y para colmo, autorizó la apertura de prostíbulos.
Por estos motivos, a la iglesia se le colma la paciencia, decide enfrentar tales decisiones e hizo un llamado para realizar una gran manifestación en la Catedral Metropolitana el día 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción. Perón astutamente consideró contrarrestar la jugada de la curia llamando ese mismo día a una bienvenida multitudinaria para recibir al nuevo campeón mundial en la ciudad de Buenos Aires. Ese día Perón fue personalmente hasta el aeropuerto de Ezeiza para recibir al flamante campeón. Finalmente el caudillo alcanzó su propósito, ya que todos los medios de comunicación de la época se volcaron para cubrir el recibimiento de Pascual Pérez, a excepción del diario “El Pueblo”, medio de orientación católica.
¿LAVADO DE CEREBRO O AMISTAD VERDADERA?
Existe la creencia de que el régimen peronista le “lavó el cerebro” a Pascual Pérez, quien siendo de origen muy humilde, entregaba todo el dinero ganado en sus combates a la causa política. Es más, una vez caído el régimen peronista, Pascual Pérez, el chico nacido pobre, por un tiempo se hizo cargo de la familia y de los acostumbrados gustos refinados y exquisitos de Perón en el exilio, enviándole remesas de dinero, como si la manutención del caudillo fuera su responsabilidad. Mientras tanto, Perón estaba radicado en República Dominicana y tenía congelado sus bienes por asuntos políticos. Cada vez que este púgil boxeaba, le hacía llegar íntegra la bolsa ganada en la contienda, que para aquel entonces eran unos 30.000 a 55.000 dólares americanos. En ese mismo ambiente deportivo, cuando Pascual Pérez tenía la oportunidad delante de los micrófonos, se extendía en halagos al caudillo. Su conducta demostraba lealtad hacia su amigo.
La crítica política argentina comenta que Pascual Pérez fue un producto peronista. Pascualito se jactaba diciéndole a la gente que Perón era su amigo. Pascual Pérez hijo (2017), afirma que inmediatamente de la caída del régimen, su padre se sintió excluido y tuvo que abandonar el país en el año 1957, para radicarse en la isla de Santo Domingo, muy cerca de la casa del caudillo. Primero vivió en el hotel Paz, hasta que adquirió su propia vivienda.
Se dice que prácticamente Pascual Pérez hacía campaña boxística en el exilio voluntario, ya que los militares en el poder se la tenían jurada dada su cercanía con Perón. Después de la caída del caudillo gaucho, todo deportista cercano a su círculo de allegados, venia excluido socialmente o se excluían ellos mismos.
Por un tiempo, solo visitaba Argentina para realizar las peleas pautadas. Durante esos años peleó en Ecuador, Panamá, Filipinas, Uruguay, Estados Unidos, y en Caracas, Venezuela contra el zuliano Ramón Arias.
Pascual Pérez, reinó como campeón durante seis años consecutivos y defendió el cinturón mundial durante nueve ocasiones. Infelizmente se separó de su esposa Herminia Ferch, bajo circunstancias tormentosas que lo condujeron a padecer de depresión, por si eso fuera poco, se fue a la quiebra con los negocios que emprendió producto de su esfuerzo en el cuadrilátero y para colmo, sus representantes lo engañaron. La precipitación de estos acontecimientos incidieron en su ánimo para que el campeón cayera vencido en el año 1960, en combate contra el tailandés Pone Kingpetch, quien luego se triple coronaría campeón del mundo de la categoría Mosca. Posteriormente a esa confrontación, el periodista Franco Mogni, le preguntó al boxeador ¿Quién es? y la respuesta dada fue: “Soy Pascual Pérez, un recuerdo”.
No obstante las circunstancias y los avatares de la vida, Pascual Pérez, no renuncia al amor, en 1970 se casa nuevamente, esta vez con Selva Argentina Céliz, mujer que le acompañó hasta su muerte. Pascualito combatió durante cuatro años más, hasta 1964, realiza su última pelea oficial contra el panameño Eugenio Hurtado, en Panamá y pierde por nocaut. Su estrella que otrora brilló, se había disipado, al igual que su figura en el ring, que daba la impresión de haber sido golpeada por la vida. Cuando se retiró definitivamente del ensogado, vivió como asalariado público.
Quienes lo conocieron en la década de los años 60 y 70 dicen que después de la gloria, se dedicó a vender periódicos y a lustrar zapatos en la calle Corrientes. Pascualito es recordado como una persona amable, solidaria, guitarrera, le agradaba cantar canciones típicas del folclor mendocino. Retirado del boxeo, le llegaban invitaciones para que subiera al ring durante algunos combates estelares y el público todavía lo aclamaba.
Pascual Pérez, muere teniendo aún mucha vida por delante, a la edad de 50 años, en la ciudad de Buenos Aires, un 22 de enero de 1977, producto de una insuficiencia hepatorrenal. Fue velado en el Luna Park, el mismo escenario que estrenó en su primera pelea. El entierro se hizo en el Cementerio de la Chacarita, con un retardo de más de 9 horas, ya que la empresa fúnebre se negaba a realizar el servicio por incumplimiento del pago, hasta que familiares y amigos juntaron los 3.500 dólares para cubrir los honorarios exigidos por la funeraria. Fue enterrado en el Panteón de la Casa del Boxeador. Las palabras de despedida estuvieron a cargo de Delfo Cabrera, compañero de equipo durante los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, y medalla de oro en la especialidad de Maratón en esos mismos juegos. Sus últimas palabras dirigidas al cuerpo sin vida de Pascual Pérez y a la multitud fueron las siguientes: “Fue un muchacho bueno que perdió su última pelea con la vida…Espero que sepas perdonar a aquellos que te engañaron y te traicionaron”.
Pascual Pérez, recibió numerosos homenajes, entre los más significativos y en honor a su memoria, el gimnasio de combate de Mendoza, de la Federación Mendocina de Boxeo, fue reabierto en el año 2007, con su nombre. En 1980, la Fundación Konex le otorgó un diploma reconociéndolo como uno de los cinco mejores boxeadores en la historia argentina. Desde el año 2018, una calle en la Villa Olímpica de la Juventud en Buenos Aires, también lleva su nombre.
La obtención de 18 títulos de campeón durante su carrera, incluyendo la medalla de oro olímpica en Londres 1954, el título de campeón mundial mosca único, sus defensas exitosas y su inclusión en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo, fueron acontecimientos que permitieron que este campeón en vida, tocara el cielo con sus puños.
Referencias bibliográficas
Gurevich, M. (2010): La caída del deporte peronista. Recuperado de: http://www.elgrafico.com.ar/2010/11/25/C-3190-la-caida-del-deporte-peronista.php
Massarino, M. (2003): Pascual Pérez, un modelo peronista, revista digital EFDeportes, Buenos Aires, Año 9, N° 60 – Mayo de 2003.
Michelena, A. (2017): Pascualito, el amigo de Perón. Recuperado de: https://www.pagina12.com.ar/51572-pascualito-el-amigo-de-peron
Occhiuzzi, J. (2014): Pascual y Pérez Perón. Recuperado de: https://www.laizquierdadiario.com/Pascual-Perez-y-Peron
Pascual Pérez (2019): Récord. Recuperado de: Boxrec.com/en/bóxer/9037
Schein, D. (2012): “El boxeador encarna en muchos sentidos los mitos del peronismo”. Recuperado de: https://www.clarin.com/zona/boxeador-encarna-sentidos-mitos-peronismo_0_SJeHtUfnDXe.html
Wikipedia (2019): Pascual Pérez. Recuperado de: https://es.m.wikipedia.org./wiki/Pascual_Pérez
WorhPoint (2019): 1958 Original Boxing Photo Ramon Arias vs Pascual Perez World Flyweight Title Recuperado de: https://www.worthpoint.com/worthopedia/1958-original-boxing-photo-ramon-1733512703
Super interesante el post!!!
gracias Blanca por ponderar esta crónica. Te invito a leer las anteriores y posteriores. Saludos